sábado, 1 de mayo de 2021

LOS ESENIOS.

 

 


A lo largo de la historia han existido diferentes corrientes de pensamiento que desarrollan tradiciones arraigadas entre sus seguidores. Algunas de esas corrientes de pensamiento se mantienen todavía hasta nuestros tiempos, pero algunas simplemente han desaparecido, dejando muchas incógnitas, pero también  un gran legado de ideología y enseñanzas.

En los rollos del mar muerto se habla de una corriente del judaísmo que se denomina los esenios, que vivían una vida contemplativa y alejada de las banalidades del mundo, desarrollando conocimientos y doctrinas secretas. En algunas referencias se les adjudican facultades sanadoras mediante la espiritualidad, por lo que su nombre es una referencia a “Asaya”, que quiere decir  sanadores del alma.

Los esenios vivían apartados en las regiones más solitarias en las cuevas de los montes de Judea al borde occidental del Mar Muerto, estudiando la palabra de Dios y viviendo para reflexionar y realizar meditaciones trascendentales. No buscaban la riqueza, estaban alejados de las mujeres y se centraban en la búsqueda de una conciencia superior, esperando la venida del mesías.

Los esenios era una corriente de pensamiento del judaísmo, que se separó de ellos, porque estaban inconformes con la forma en la que se conducía el templo, desarrollaron la agricultura y el cultivo de la vid, sin embargo se tiene muy poca información de ellos, encontrando únicamente referencias vagas en diferentes textos que mencionan a los mismos. Se considera que florecieron entre el siglo II a.C y el siglo I d.C, y repentinamente desaparecieron.

Tomaron relevancia, por el descubrimiento de los rollos del mar muerto, que son una serie de pergaminos antiguos que estaban escritos en lenguas muertas y de los que se les atribuía la autoría.  Los rollos del mar muerto fueron descubiertos en 1947, en las cuevas de Qumrán, y tienen una antigüedad aproximada de 2,000 años, que sorprendentemente estaban bien conservados y que pueden ser considerados textos evangélicos.

Los esenios estudiaban las antiguas escrituras y las debatían, desarrollando una agudeza mental que les permitía encontrar una conciencia espiritual equilibrada. Era común que también estudiaran las propiedades medicinales de las plantas y el beneficio que tenían para el ser humano, desarrollando así sus cualidades de sanadores, por las que eran bien conocidos.

Su templo era purificado y se rendía un culto respetuoso. Entre ellos se trataban como hermanos, considerando que todos los seres humanos eran hijos de dios y por lo tanto iguales. Por lo que no existía entre ellos ningún tipo de servidumbre, ni diferencias, por lo que también acostumbraban hacer comidas comunales, para reforzar esa igualdad entre todos. Eran muy rectos en el cumplimiento de sus leyes y se regían invariablemente por la verdad.

Se distinguían, porque vestían con una túnica blanca, sandalias austeras, pero también eran muy pulcros en su persona. Creían que para alcanzar el favor de dios, deberían mantenerse apegados a sus leyes, por lo que no se permitía el robo, ni la mentira y sus enseñanzas no se podían revelar a personas que no eran miembros de la comunidad.

Como habíamos mencionado, los esenios desaparecieron de las antiguas cuevas y se difuminaron en el tiempo, se atribuye a la ocupación romana de las tierras palestinas, durante la rebelión de los judíos. Sin embargo, uno de los hechos más interesantes, es que se les relaciona con Jesús de Nazaret, ya que algunos estudiosos consideran, que fueron los que transmitieron a Jesús sus enseñanzas, en el tiempo en el que no sabemos nada de la vida de Jesús, hasta que alcanzó la edad de 33 años. Es importante, porque alejándonos de la investidura divina de la que dota el cristianismo a Jesús, es una realidad que sus enseñanzas, como ser humano, han trascendido en el tiempo, y no podemos negar que se encuentran profundas similitudes con la filosofía de los esenios, los monjes de las cuevas.

Entonces a pesar de que los esenios, no pueden identificarse en nuestros días, sí podemos intentar comprender sus ideas, que sin duda han trascendido durante dos milenios y que todavía no asimilamos por completo. Les puedo asegurar que si profundizan en este tema, no serán decepcionados.

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