viernes, 27 de abril de 2012

Für Elise (Para Elisa).


Una pieza que seguramente todos han escuchado, pero que no deja de cimbrar nuestros sentidos cuando la prestamos atención; el sentimiento del maestro Ludwig Van Beethoven  impreso en cada nota de “Für Elise” nos permite una sensación de tranquilidad y paz, que nos traslada al tiempo en el que éramos niños y la vida no era más que un juego y diversión.

Esta excelente composición se dio a conocer un 27 de abril de 1810, con el nombre de  “Bagatelle en La menor” pero se popularizó con el nombre de “Für Elise”, debido a que en el manuscrito original se encontró garabateada una dedicatoria poco legible, dedicada a una Elisa que hasta ahora no se sabe quien es, lo que le ha dado un toque de misticismo a la famosa pieza musical, existen teorías que intentan identificar a éste misterioso personaje, algunos señalan que era el gran amor de Beethoven o una niña a la que le compuso la canción después de saber que no podía interpretar al gran compositor.

La verdadera razón por la que se escribió esta melodía no se conoce, debido principalmente al hermetismo de Ludwig Van Beethoven, que siempre llevo una vida con misterios; por ese tiempo estaba enamorado de Therese Malfatti, por lo cual se especula que el verdadero nombre sería “Für Therese” y por una mala lectura de la escritura de Beethoven se leyó “Für Elise”; entre los amores conocidos de Beethoven no se desprende alguna mujer llamada Elise, pero existe la teoría de que es una mujer con el nombre de Elisabeth Racel, a la cual el maestro dirigió algunas ocasiones. El misterio de su amor seguirá oculto, pero no hay duda que su grandeza seguirá impresionando a generaciones y seguirán especulando sobre lo que la inspiro. 

La obra se dio a conocer cuarenta años después de la muerte del compositor alemán en 1867,  compuesta como bagatelle (bagatela) que debe ser  una pieza de corta duración, únicamente para piano, tiene que ser melodiosa y un tanto ligera, es una pieza sencilla con una estructura con pocas variaciones, no obstante el genio alemán a pesar de que la tonalidad se encuentra en La menor, introdujo notas discordantes con variaciones musicales que los estudiosos consideran un misterio, no se podían llamar errores, por que saben que lo hacia a propósito.  

En fin creo que cualquier palabra que pretenda expresar  lo que provoca esta extraordinaria melodía y el misterio que la rodea, no podría definir el sentimiento y admiración que nos contagia, simplemente vibran los corazones, las ideas que hayan llevado a componerla pueden tener diferentes posturas, pero creo que cada uno de nosotros podemos imaginar a nuestra Elisa, como aquel objetivo único de llegar a alcanzar la paz, después de pasar por un periodo de tribulación, volvemos a la habitual armonía con el mundo que nos rodea, elevando nuestros sentimientos más sinceros y atesorados.     



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