lunes, 24 de agosto de 2015

NO ES FIESTA, NO ES ARTE, NO ES CULTURA, ES TORTURA


Asustado por los gritos ensordecedores, sobre todo porque que siempre estuvo solo, se crio en el monte alejado de cualquier perturbación. Está aturdido, simplemente no puede entender en donde se encuentra. Lo capturaron al anochecer, lo introdujeron en una caja en total oscuridad, tiene miedo, lleva varios días sin comer ni tomar agua, recuerda el monte, la soledad que tanto le gustaba, el aire que chocaba contra su cuerpo y la libertad al correr en la planicie.

No ha hecho nada malo, no merece estar encerrado, se escuchan algunas voces a lo lejos, “¡he! bonito, eres el siguiente”, inmediatamente después siente golpes bruscos en las costillas, algunas carcajadas burlonas hacen eco. El terror recorre todas las fibras de su cuerpo, está temblando, quiere implorar que lo dejen libre, quiere regresar al monte, pero no puede decir nada, todos están muy ocupados haciendo su trabajo, golpeando, acomodando, bebiendo.  

Pasó la noche, se siente cansado, no pudo dormir porque cada determinado tiempo, alguien iba a molestarlo, a echarle agua, a golpearle las piernas, a gritarle, se siente desfallecer, pero aún es muy fuerte, es su naturaleza. Posee un cuerpo magnifico, musculo sobre musculo, las líneas de cada parte de su cuerpo son perfectas, es precioso. Así lo formó la naturaleza, pero esa magnífica fuerza no le sirve para defenderse, nunca ha peleado, nunca se ha enfrentado a nadie, su fuerza física es simplemente un regalo de la creación, pero no tiene la experiencia para utilizar esa fuerza y liberarse.

De pronto, escucha otra vez a esa gente que lo golpeaba y se reía, comienzan a insultarlo, le pegan en las nalgas hasta que arde, siente toques en las piernas, algo le pasa a sus pies por que duelen. A lo lejos abren una puerta, se puede ver una luz al final del túnel, parece la libertad, la esperanza nunca lo abandona, corre eufórico, recuerda la hierba fresca, las noches de luna llena y corre desesperado para salir de ese espantoso lugar, lo que no puede comprender, es que “la fiesta” apenas comienza.  

Al salir a la explanada, un griterío se escucha fuertemente, la multitud alrededor esta ovacionando eufórica, aplauden con alegría, algunos están muy bebidos para que se entienda lo que balbucean, gritan cualquier cantidad de incoherencias, aunque no entiendan realmente que está pasando. Busca la salida ansiosamente, pero no hay salida, cada vez tiene más miedo, ¿por qué gritan?, quiere saber ¿qué está pasando?, se acerca una arrogante persona, con un atuendo luminoso y un capote, se lo pasa por el frente pero no reacciona. De pronto siente un profundo corte en el cuello que le acalambra todo el cuerpo, un dolor agudo le recorre cada musculo haciéndolo brincar, duele, duele mucho, el cuello tiene muchos nervios que se encojen por el dolor generado. La ofuscada multitud aplaude, siempre sonriendo, no puede entender porque todos están sonriendo con una mueca grotesca dibujada en la cara.

Se aproxima un caballo, no tiene tiempo de reaccionar, siente otro piquete aún más profundo, otra vez directo al cuello, esta vez el cerebro entra en shock, lo hace sacudir la cabeza violentamente, no puede gritar, la tibia sangre se siente correr por su espalda, se encuentra totalmente confundido, sus piernas flaquean, los músculos están temblando sin control, sin aviso alguno, recibe otro piquete y otro, tiene que atacar al caballo, cada que se aproxima lo hiere, le ocasiona mucho dolor, quiere dar un golpe potente, pero no puede levantar el cuello, la carne está desgarrada, su ostentosa fuerza lo abandona, esta desolado, el corazón le late con fuerza y su respiración se dificulta, tiene mucha sed, otro piquete, otro y otro, lo están apuñalando. El caballo esta poseso, por favor que pare. Un indescriptible dolor comienza a hacer trastornos en su sistema nervioso, se desorienta totalmente, sus ojos están perdidos, los calambres se hacen más fuertes, cualquier persona o cosa que se acerque es el enemigo, intenta algunos débiles golpes pero no son proporcionales a su extraordinaria apariencia física.

El personaje con el capote se acerca vanagloriándose, le dice “venga bonito, bonito”, con todo se siente exhausto, no quiere moverse, ve borroso, aún no ha logrado identificar quien lo está lacerando. Puede ver su propia sangre escurriendo por el pecho, el peso de su propia cabeza se hace insoportable, provoca que duelan y se abran más las heridas en el cuello, tiene que mantenerse agachado, su estampa perfecta se nota mancillada y despreciada. Trompetas, ruido y gente cada vez más borracha, lo humillan, no solo le duele el físico, algo se parte en su profundo interior, la tortura inhumana de la que es objeto es incomprensible, ¿qué clase de ser viviente puede sentir placer por ver como castigan despiadadamente a otro?

Cuando parece que la fuerza lo abandona, recibe un par de puñaladas frías en la espalda, esta vez desgarraron más carne, un fuerte bramido retumba en la plaza, no quiere llorar, no puede porque esta deshidratado. La reacción natural es intentar algunos golpes, no obstante son muy débiles, otra persona viene corriendo e infiere otro par de cortes,  más profundos, ésta suerte se repite, fueron tres veces. En este momento ya está suplicando la muerte, sabe que no hay salida, que por alguna circunstancia le toco ser elegido, tal vez porque era perfecto, porque su cuerpo representaba la belleza de la creación, por sus músculos, por su estampa.

¿Qué hizo para merecer este cruel castigo? Su mirada se mantiene fija en el horizonte, recuerda las hermosas tardes soleadas, lo afortunado que se sentía, su hogar era hermoso, el cielo era tan azul, la belleza se hizo para contemplarla y disfrutarla, pero algo salió mal, hoy está sufriendo la tortura inmisericorde, todo parece un mal sueño, una horrible pesadilla.

El personaje con ropa ridícula, se acerca nuevamente, le dice “bonito, bonito”, no puede defenderse se siente sumamente agotado, adolorido, no puede moverse, siente un beso en su cabeza, por fin un beso, un noble gesto ocupado traicioneramente. Quiere seguir viviendo, su vida era perfecta, le dijeron “bonito”, sabe que es precioso, una creación perfecta, quiere exhalar para decir gracias, gracias, pero su aliento lo está sofocando. Recuerda que alguna vez de joven escuchó que estaba destinado para la gran fiesta, quiere ir a esa gran fiesta, están cometiendo una injusticia, su destino era otro, alguien sin escrúpulos le arrebato esa oportunidad, hoy camina solitario por el pasillo de la muerte, con un dolor intenso que le recorre el cuerpo.

Ocupa su última fuerza para mantenerse en píe, el personaje con la ropa graciosa se aproxima, súbitamente le atraviesan la médula con un acero frio, el dolor lo ciega, se encogen los músculos de su pierna y borbotones de sangre salen desde su pecho, siente como explota su  corazón, se repiten las palabras “bonito, bonito”. Recuerda el monte, quisiera sentir la hierba acariciarlo y disfrutar una vez más el amanecer. No hay salida, la sangre sale por su boca, se ahoga con su propia sangre. Aún puede escuchar a la gente gritando, aplaudiendo, celebrando la muerte, las miradas se clavan en su cuerpo con sadismo, celebran el dolor inhumano, un escalofrió lo sacude fuertemente, le pesa mucho el cuerpo y dobla una de sus patas delanteras, le gana el peso y cae vencido, aún puede ver que llevan en hombros al que lo atravesó con una espada. La vida se le escapa en un último suspiro, se imagina corriendo en el monte.
 
Imaginen la tortura que sufrió, ¿cuánta gente celebro su muerte?, imaginen las grotescas miradas, el sadismo, imaginen matar sin sentido a un ser inocente, imaginen el tormento que  se prolongó por horas. ¿Alguna vez se han desgarrado un musculo?, ¿han sentido un fuerte dolor muscular?, piensen en eso, pero potencializado porque tienen los músculos destrozados, imaginen ver su propia sangre brotando de su cuerpo, imaginen que todo lo descrito lo sufre a un ser vivo que no puede comprender lo que le está pasando, pero que siente. Los animales igual que nosotros tienen nervios y sienten dolor, imaginen con todos su sentidos a un TORO torturado, con miedo, soportando todo lo relatado anteriormente, imaginen que el conjunto de atrocidades mencionadas son consideradas por algunas personas como una fiesta, que es parte de la cultura, que es un arte, imaginen a ese Toro sin poder quejarse, sin poder defenderse, sin consuelo. Es un toro pero en sus ojos se puede ver el dolor que siente, imaginen, simplemente imaginen un espectáculo brutal y sangriento y la multitud aplaudiendo.

No es fiesta, no es arte, no es cultura, la tauromaquia es tortura, es dolor, es una de las peores expresiones de bajeza del ser humano, pero todavía es negocio, por eso la permiten, tal vez el gobierno no la prohíba, pero no vayas a esos espectáculos que empobrecen al ser humano, crea, no destruyas, acaricia, no golpees, demuestra la superioridad de la inteligencia humana sobre las bestias, respetando, admirando, preservando, no torturando y matando. No es valiente el que asesina con soberbia. ¡La Tauromaquia es Tortura! 





Nota: La descripción es cruda, pero es necesario hacer conciencia de los graves daños ocasionados al animal durante la corrida y hacer notar que en ningún momento hay equidad de fuerzas entre torero y toro, toda vez que desde la primera y traicionera puñalada el animal es disminuido significativamente.   

domingo, 2 de agosto de 2015

INDIGNACIÓN POR LA MUERTE DE CECIL EL LEÓN


Críticas e indignación mundial ocasionadas por la muerte de Cecil el León más emblemático de Zimbabue, quien se encontraba en el Parque Nacional de Hwange, en donde está prohibida la cacería, sin embargo un grupo de cazadores furtivos logro burlar la seguridad del parque y realizar la barbarie. Cecil era un León majestuoso, que tenía 13 años de edad, era el macho alfa de su manada, además era parte de un estudio que tenía como finalidad conocer más del comportamiento y longevidad de esta especie.

Los cazadores utilizaron carnada amarrada a un vehículo para atraerlo fuera del parque nacional y así poder matarlo, le dispararon con arco y flecha lo cual no le genero la muerte pero si una herida que lo llevo a un suplicio de 40 horas, posteriormente siguieron el rastro y al encontrarlo le dispararon con una pistola para ultimarlo. Los cazadores le cortaron la cabeza y arrancaron la piel a modo de trofeo.   
En el momento en que las autoridades detectaron la muerte de Cecil, era demasiado tarde, habían transcurrido un par de semanas, solamente encontraron algunos restos del emblemático León comidos por los buitres, decidieron dejar los restos para las hienas. La búsqueda de los responsables no produjo efectos inmediatos, pues el cazador que lo mató ya había huido con su trofeo a su país de origen, Estados Unidos.  

Walter Palmer un dentista y cazador aficionado pago 55 mil dólares por cazar a un León, reconoció que fue quien cazo a Cecil, los organizadores del Safari lo llevaron a cazar en las inmediaciones del Parque Nacional Hwange, en un lugar en donde está permitida la caza, por lo que la caería no fue ilegal.      

En su defensa el dentista acaudalado, argumentó que no sabía que se trataba de un León famoso y que se tratara de una actividad ilegal, lo que genera aún más indignación porque refleja el nivel cultural e intelectual de esta persona. Pidió disculpas y dijo que fue engañado por la persona que organizó la expedición a quien identificó con el nombre de Theo Bronkhorst, persona que fue detenida pero liberada un par de días después al pagar una fianza.

Las cosas no terminan ahí, el hermano del león Cecil, llamado Jericho que tomó su lugar como macho alfa de la manada, también fue acribillado, presumiblemente de forma ilegal. Jericho sería el macho que se encargaría de proteger a los cachorros de la manada, por lo que con su muerte los cachorros son sumamente vulnerables y corren peligro. La cacería esta descontrolada y sin duda los cazadores han encontrado la manera de burlar a los guardias y restricciones.

La verdad no hay recursos que alcancen para mantener vigilados a estos animales, toda vez que los mismos necesitan grandes extensiones de territorio y se mueven constantemente buscando presas. Lo que se hace necesario, es realizar campañas de concientización en los seres humanos, informar que la cacería de estos animales los tiene al borde de la extinción, que no son actividades recreativas y que son reprobables por la sociedad. Actualmente existe el debate de la legalidad o ilegalidad de la cacería, ya que en muchos países está permitida la matanza para obtener estos trofeos, argumentando que los recursos que genera la cacería son necesarios para financiar la protección y supervivencia de estas especies, sin embargo no se trata de que sea legal o no, se trata de rechazar como sociedad una práctica tan retrograda e incivilizada, no serían necesarios estos recursos si no los matáramos y no necesitarían ser salvados si aprendiéramos a respetarlos.    

Pero estos no son los únicos casos, en realidad se han cazado más de una docena de leones con estos métodos, sin embargo en esta ocasión se expandió la noticia por tratarse de Cecil el León más emblemático del parque, un ejemplar hermoso que tenía melena negra, un rasgo poco común entre los leones. La población de estos felinos se encuentra al borde de la extinción, las cifras más optimistas señalan que existen 35,000 ejemplares, no obstante algunas organizaciones apuntan que existen menos de 23,000, con muchos de los ejemplares enfermos, por las malas condiciones en las que se encuentra su medio ambiente  

La cacería debería estar prohibida, y no solo de leones, sino de cualquier animal salvaje, Elefantes, Rinocerontes, Leopardos, Gorilas, etc. No encuentro ninguna justificación para estos trofeos, tomarse fotos con cadáveres de animales exóticos no demuestra nada, debemos considerar que en los Safaris que pagan los acaudalados, no tienen que esforzarse por hacer nada, no los rastrean, no hacen la estrategia, no participan en montar los campamentos, no organizan la expedición, no son tan hombres como quieren aparentar en sus fotos, prácticamente los ponen frente a un animal indefenso para dispararle de forma cobarde, son asesinos sin escrúpulos que únicamente se esfuerzan en disparar, pero muestran sus trofeos en habitaciones llenas de cadáveres, que no impresionan a nadie, la cacería no demuestra valentía, demuestra ignorancia. Debemos rechazar enérgicamente esta actividad, generar conciencia que los trofeos que estas personas presumen reflejan lo pobre y vacía que es su vida.