viernes, 27 de abril de 2018

GUILLERMO HARO BARRAZA.



GUILLERMO HARO BARRAZA.
“El que venga después de mí irá mucho más lejos, así como yo fui más lejos que mi antecesor.”

Se cumplen 30 años de la muerte del distinguido astrónomo mexicano Guillermo Benito Haro Barraza, quien falleció el 27 de abril de 1988, dejando un gran legado en la ciencia a nivel internacional, además se le reconoce como el fundador de la astronomía moderna en México.

Nació el 21 de marzo de 1913 en la Ciudad de México, creció durante la época de la Revolución Mexicana y estudió filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin embargo encontró su verdadera pasión a los 28 años en la astronomía. Conoció al también celebre astrónomo Luis Enrique Erro que lo invitó a trabajar como ayudante en el Observatorio Astrofísico Nacional Tonantzintla, en donde sus metódicas observaciones le permitieron identificar los gases expulsados por las estrellas recién nacidas y que esos gases formaban las nebulosas al desprender polvo, hidrógeno y helio, mismas que se conocen como objetos Herbig-Haro, a partir de su encuentro con las estrellas dedicó toda su vida a su estudio, descubriendo estrellas, cometas, novas, supernovas y las galaxias azules. Sus descubrimientos son destacados y ayudaron a descubrir el origen del universo, así como a calcular su edad.    

Las valiosas investigaciones que realizó, lo condujeron a continuar preparándose en el Observatorio Astronómico de la Universidad de Harvard en Estados Unidos durante dos años, desarrollando sus conocimientos mediante las críticas y debates con los mejores astrónomos del mundo. Al regresar a México tuvo la responsabilidad de dirigir dos de los grandes observatorios del país, el Observatorio Astronómico Nacional (actualmente Instituto de Astronomía de la UNAM) y el Observatorio Astrofísico Tonantzitlan en Puebla.

También se le atribuye el descubrimiento de las estrellas de destellos en la nebulosa de Orión, que son astros que se iluminan súbitamente en tan solo algunos minutos, en tonalidad azul y roja. Convirtiéndose en referente de la ciencia astronómica a nivel mundial.

Su gran curiosidad, coraje y dedicación lo llevaron a romper todas las barreras posibles, buscando competir contra los mejores para explicarse porque estábamos tan atrasados. Puso el nombre de México en alto y desarrolló la ciencia para posicionarla a nivel internacional, a pesar de contar con los medios de un país en desarrollo que no destinaba grandes recursos para la ciencia.  

Siempre lucho por desarrollar el conocimiento científico en nuestro país, impulsando la creación de diversas instituciones científicas como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, así como la creación de la Editorial Siglo XXI.

La fascinación que le provocaban las estrellas —las cuales miraba todas las noches— originó que publicara más de 80 artículos de investigación y divulgación de la astronomía, trabajos que hoy en día aún son referencia para entender los misterios del cosmos.

Gano innumerables premios, entre los que destacan la Medalla de oro Luis G. León de la Sociedad Astronómica de México en 1953; la Medalla honorífica de la Academia de Ciencias de Armenia en 1962; se le otorgó ser miembro del Consejo Directivo de la American Astronomical Society de 1957 a 1960 y vicepresidente de 1960 a 1963; también fue miembro asociado de la Royal Astronomical Society de Inglaterra en 1959; recibió el Premio Nacional de Ciencias por el gobierno federal de México en 1963; y la Medalla Lomonósov de la Academia de las ciencias de Rusia en 1986, esta última es el equivalente al premio nobel de astronomía.

Guillermo Haro es un ejemplo para los mexicanos, en una época difícil en nuestro país y en particular para la ciencia, él logró destacar y librar cualquier obstáculo, su legado es sumamente importante en la comunidad científica internacional, su vida es testimonio del trabajo incansable que irremediablemente produce grandes frutos. En su aniversario luctuoso, nos da oportunidad para reflexionar sobre sus grandes ideas, que siempre tuvieron como finalidad el desarrollo científico para impulsar a su país y sacarlo del gran atraso que presentaba frente a otros más desarrollados.

Debemos mirar al cielo, continuar preparándonos, cada uno en su materia, para fijar grandes objetivos, y pensar como Guillermo Haro Barraza,  preguntarnos, ¿qué significa estudiar las estrellas?, ¿de dónde venimos?, ¿cuál es el origen de la vida?, como decía Guillermo Haro “todos venimos de la misma explosión, por eso, conocer una estrella es conocerse a sí mismo”.

lunes, 16 de abril de 2018

PERRITO DE LA PRADERA.



La lucha por preservar las especies endémicas de nuestro país es muy difícil, tenemos el ejemplo de la muy conocida Vaquita Marina, que a pesar de todos los esfuerzos su hábitat sigue siendo amenazado por la inconsciente actividad del ser humano. Tal vez no logramos entender la gravedad de nuestra ignorancia, por eso continuamos realizando actividades que ponen en riesgo a diversas especies, son muchas las que se encuentran en peligro en extinción en nuestro país, pero lamentablemente no las conocemos, por eso es importante difundir información que haga que tomemos conciencia y tal vez logremos salvar algunas.

Existen cinco especies de Perrito de la Pradera, pero nos enfocaremos a la que se conoce como Perrito de la Pradera Mexicano (Cynomys Mexicanus) que se encuentra en grave peligro de extinción. Su hábitat comprende los estados de Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí en una región de menos de 286 km2, anteriormente también se encontraba en Zacatecas pero en ese estado su población ha desaparecido. Es capaz de adaptarse a temperaturas extremas, muy altas o muy bajas, por las características de estos territorios. Sus principales amenazas, son los zorros, coyotes, hurones, águilas, lluvias y los seres humanos, que los ven como una plaga para la actividad agrícola, por lo que se dedican a exterminarlos.

Son roedores descendientes de la familia de las ardillas, y no tienen características semejantes a los perros, pero  se les conoce como perrito de la pradera, por la vocalización que producen para alertar sobre las amenazas, la cual se parece a un ladrido. Miden entre 30 y 40 centímetros de longitud, tienen un cuerpo robusto y pesan de medio kilo a kilo y medio, tienen un pelaje corto de color pardo amarillo o pardo rojizo con tonalidades oscuras y tienen cola corta. Viven en colonias subterráneas, entre túneles de hasta 34 metros de largo y 5 metros de profundidad, de los que destacan montículos que les sirven para hacer vigilancia y alertar sobre depredadores. Son herbívoros y su importancia en el ambiente radica en que gracias a sus hábitos alimenticios, ayudan a la biodiversidad biológica, algunas veces se alimentan de insectos.  La forma de comunicarse entre los miembros de una colonia es frotándose y acicalándose unos a otros con la boca, haciendo parecer que se besan, característica por lo que son muy conocidos.

Al extinguirse los perritos de las praderas, corren peligro otras especies que dependen de ellos en la compleja cadena alimenticia, como son las águilas, búhos, zorros, etc. por lo que condenamos a muchas otras especies, además como habíamos señalado anteriormente, ellos se encargan de modificar el ambiente, podando los pastizales altos y permitiendo así que crezcan otro tipo de plantas en ese ambiente, por lo tanto su importancia es notable para conservar la biodiversidad en la pradera y atraer otras especies.

Su territorio disminuye aceleradamente, la agricultura y la ganadería influyen radicalmente en este fenómeno, la región más amenazada se encuentra en San Luis Potosí, en donde su población se encuentra significativamente reducida.

Urgen acciones que rescaten las especies endémicas de nuestro país, es necesario tener mayor información y difundirla, conocer la importancia de cada una de ellas en el ambiente y preservarlas. El perrito de la pradera mexicano puede conservarse, depende de nosotros los seres humanos, respetemos el poco territorio que les queda, garanticemos que esa especie tenga una oportunidad para el futuro.