miércoles, 15 de septiembre de 2010

MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA



La madrugada del 16 de septiembre de 1810, se escuchaba el repiqueteo de la campana de la Iglesia en la Provincia de Dolores en Guanajuato. El cura Miguel Hidalgo y Costilla, abanderado con un estandarte de la Virgen de Guadalupe, encabezando a un grupo de insurgentes, frente al atrio de la Iglesia comunicó a la multitud, que la usurpación de los conquistadores crueles había terminado, que el movimiento que acababa de estallar tenia como objeto derrocar al mal gobierno. La aglomeración de personas iba creciendo, escuchaban atentos el discurso elocuente en aras de la libertad, acudían de rancherías cercanas y la palabra independencia contagiaba la sangre de aquellos que sufrían la explotación de los españoles.

Cuando el sol acariciaba las torres de la Iglesia de Dolores, resonó la voz potente de la patria en un grito de Hidalgo, “Viva Fernando VII, Viva la Virgen de Guadalupe, Viva la América, Muera el Mal Gobierno, Viva la Independencia”, a lo que el gentío respondió “Mueran los Gachupines”.

Al tomar Guanajuato toda vez que el intendente se había rendido el 21 de septiembre de 1810, Hidalgo escribió:

“Me encuentro actualmente rodeado de mas de cuatro mil hombres que me han proclamado su capitán general. Yo, a la cabeza de este número, y siguiendo su voluntad, deseamos ser independientes de España y gobernarnos nosotros mismos. La dependencia de la Península por trescientos años ha sido la situación mas humillante y vergonzosa, en que han abusado del caudal de los mexicanos con la mayor injusticia”.

La gesta heroica de independencia de la Nueva España respecto a la corona española comienza con este acontecimiento, la insurrección encabezada por el cura Miguel Hidalgo duro menos de un año, pues el 30 de julio de 1911 murió fusilado tras cuatro descargas, de la misma manera el movimiento que dirigía casi quedo extinto, no obstante su valentía, su ingenio, sus ideas fueron suficientemente profundas, arraigándose en la gente de nuestro territorio y se inocularon en las mentes de los caudillos que siguieron propagándolas, hasta que se culmino la independencia el 24 de agosto de 1821, con la firma del Tratado de Córdoba.

A sus 57 años en el inicio del movimiento insurgente, poseía un cuerpo robusto, fuerte y gallardo, con una lucidez mental inquietante, los conservadores nunca lo vieron con buenos ojos, el padre de la patria, era de conocimientos bastos, inteligente, sagaz y taimado de tal forma que le apodaban “el zorro”, le gustaba la diversión, era jugador de profesión, libre en el trato con mujeres, hasta el punto que algunos feligreses le consideraban hereje, no fueron pocas las denuncias que recibió el Santo Tribunal de la Inquisición respecto al comportamiento del cura, era un hombre brillante que seducía a sus contemporáneos, lo que genero también envidias y detractores.

Es cierto que no tenia claro el efecto que generaría su revolución independentista, se considera que los efectos fueron negativos y que la mala organización de sus tropas costo la vida de muchos mexicanos, además de saqueos desmedidos sin tener un objetivo claro, Hidalgo aprovecho una oportunidad única pues España luchaba pos su propia independencia de los franceses, él no tenia estrategia militar y nunca tuvo una idea de la nación que quería establecer, sin embargo su determinación lo ha colocado en los anales de la historia, en palabras de Justo Sierra es considerado “el mexicano supremo de la historia”, “su propósito se lo dictó el amor a una patria que no existía sino en ese amor; él fue, pues, quien la engendro: el es su padre, es nuestro padre”.

Por último les comparto un breve extracto de la poesía de Salvador Díaz Mirón, dedicada a Miguel Hidalgo, declamada con motivo de los festejos del centenario de la Independencia.

La voz de libertad vibró en Dolores.
Hidalgo noble arrojó a los vientos,
veló la tarde sus brillantes galas
y en ronco son que estremeció la tierra,
como huracán de tempestuosas alas
tronó en los aires el clamor de guerra.

A su acento supremo
reunióse el pueblo listo a la pelea,
y a su inmortal caudillo vitoreando,
al resplandor de ensangrentada tea,
la muerte marcha a recibir cantando.

Con sangre enrojecida
la altiva frente que acaricia el aura,
marcha Hidalgo al combate,
y sediento de gloria y de venganza
anima a sus soldados con voz fuerte,
y en medio de ellos a lidiar se avanza.
Y mientras silba en su redor la muerte
entona una plegaria a la esperanza.
Es una buena época para reconocer los valores de los héroes que nos dieron patria, les recomiendo el libro la "Nueva Historia Mínima de México" del Colegio de México y "Siglo de Caudillos" de Enrique Krauze.

2 comentarios:

  1. Mi ilustre y apasionado amigo. Eso que haces, es justo lo que se debe hacer con lo héroes, entenderlos hombres que fueron de carne y hueso, seres que ante la realidad actuaron de tal o cual forma, que generaron ideas y que sus hechos trajeron repercusiones.Y no verlos como esos seres inmaculados.Toca generar nuevas ideas.

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  2. No obtante el comentario anterior sería bueno explorar otras hipotesís que hay por ahi de los que dicen saber lo que verdaderamente pasaba en esos tiempos.
    saludos

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