martes, 15 de septiembre de 2020

ALCANZAR EL NIRVANA.

 


Los budistas buscan la forma de alcanzar la paz mediante la meditación y el control interior. El objetivo final es tener la capacidad para cambiar la percepción de las cosas, es decir, las circunstancias y efectos que provienen del exterior no las podemos cambiar, no dependen de nosotros, pero sí la forma en la que reaccionamos a ellas, porque eso sí depende de nosotros. Somos totalmente responsables de nuestras emociones y reacciones.

Para lograr la paz interior, se busca alcanzar el Nirvana, pero ¿qué es el Nirvana?  Es el estado máximo de paz interior, alejado de las perturbaciones que lo desequilibran. Nirvana es una palabra del sanscrito, que literalmente se traduce como la extinción, pero que podemos interpretar como la cesación.  Lo que buscamos es liberarnos de las circunstancias externas.  Es importante señalar que no podemos acabar con los problemas del día a día, esos van a continuar, pero sí podemos entrenar a nuestra mente para responder a esos problemas. Por ejemplo, la lluvia inunda nuestra colonia, la lluvia no depende de nosotros, tampoco depende la capacidad del drenaje y que se encuentre tapado por basura que generó la inundación, pero si ya se inundó, no debemos permitir que nos altere y simplemente no permitir que nos desequilibre o nos altere el ánimo.

El entrenar la mente nos permite tener únicamente pensamientos virtuosos, es una realidad que no podemos tener certezas en una vida lleva de azares, pero que sí podemos aprender a reaccionar positivamente ante las adversidades. No quiere decir que se convierten en personas sin sentimientos, no, se debe aprender a identificar todos los sentimientos, conocer a fondo los sentimientos negativos, como la ira, ansiedad, miedo, odio, tristeza, rencor, egoísmo, etc. Aprender que los genera y canalizar esa energía para generar pensamientos positivos.

La explicación parece sencilla, se trata de controlar las emociones negativas y convertirlas en emociones virtuosas, pero hay budistas que han entregado toda su vida, únicamente a la meditación para alcanzar el Nirvana y tener exclusivamente pensamientos virtuosos. No es fácil, normalmente reaccionamos a las emociones negativas, porque duelen, alteran por completo nuestra tranquilidad y en una sociedad moderna como en la que vivimos, parece que los problemas surgen contantemente. Es habitual en nuestros días el enojo, la ansiedad, la envidia, entre muchas otras emociones que se desencadenan por nuestro estilo de vida. Pero no tenemos que renunciar a nuestro agitado estilo de vida, simplemente trabajar constantemente en alcanzar la paz interior.

Los budistas creen en la reencarnación sucesiva para alcanzar nuevas concepciones, esas experiencias diferentes nos permiten conocer el sufrimiento y a lo largo de las diferentes reencarnaciones aprendemos a sobrellevar ese dolor. El Nirvana se alcanza cuando el individuo extingue ese sufrimiento y se extingue la cadena de la reencarnación, es decir, se termina con ese constante fluir y logramos terminar con el sufrimiento, nos liberamos del sufrimiento en la vida al liberarnos de las emociones que producen un desequilibrio. El individuo que alcanza el Nirvana, logra terminar con todas las deudas kármicas.

Ahora bien, abramos nuestra mente, no tenemos que creer completamente en la reencarnación o en las leyes del karma y dharma, tomemos estas enseñanzas por lo practicas que son, es innegable que si logramos romper nuestros ciclos con las emociones negativas, podremos tener una mejor vida. Solo tenemos que entrenar nuestra mente, para aprender a aceptar la serie de eventos que nos presenta la vida en el día a día y sobre todo aprender a liberarnos de los apegos.




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