El Jaguar es el felino más grande del continente americano. En nuestro país tiene
una gran relevancia desde hace más de 500 años, desde las culturas prehispánicas,
las cuales lo veneraban y respetaban. En las culturas Mayas, se le consideraba un símbolo de poder.
Los Mexicas, tenían a los guerreros jaguares, que se consideraban guerreros
experimentados, —la elite de los guerreros—, pues para alcanzar ese rango,
tenían que haber participado en por lo menos 3 campañas de guerra y apresado
a 12 enemigos, en 2 campañas. Los guerreros jaguares eran feroces, combatían con
gran valentía y velocidad. Es por eso que los guerreros aztecas, se vestían con una piel de
jaguar y se pintaban como ellos, porque pensaban que con eso tomaban sus
poderes y fuerza.
El Jaguar representaba la nobleza
y la valentía. Se le veneraba como a un dios llamado Tezcatlipoca, (hermano de Quetzalcóatl),
y era la deidad más temida por los antiguos, por ser un dios misterioso y de la
oscuridad. Se le consideraba un dios invencible, una de las partes centrales de
la cosmovisión de las culturas prehispánicas.
Destaca la visión que tenían en
la antigüedad del poderoso felino, porque en las primeras décadas del nuevo
mileno, el majestuoso Jaguar, se encuentra en peligro de extinción, debido
a la invasión de su hábitat por el hombre. La deforestación de las selvas, las
obras de infraestructura, la destrucción de los manglares, la actividad agrícola,
la caza ilegal y la ignorancia, ponen en riesgo a este bello animal.
El Jaguar desciende del Tigre
Dientes de Sable, por lo que tiene un tronco común con el León y el Tigre, y es considerado el tercer felino
más grande del mundo. Su llamativa piel con un pelaje de color amarillo, con
pequeñas manchas oscuras, fue objeto de la casa furtiva, por lo que su
población disminuyó drásticamente en el siglo pasado.
Su nombre científico es Panthera onca, mide entre 1.5 a 2.4
metros y alcanza un peso de hasta 120 kg. Son muy fuertes y extremadamente ágiles, además su piel ayuda a camuflarse en el entorno. Son solitarios y de hábitos
nocturnos. Su periodo de gestación es de 100 días y pueden tener de dos a
cuatro crías, las cuales pasan con su madre hasta dos años en lo que alcanzan
la madures sexual. Son animales que
abarcan un amplio territorio, para saciar sus necesidades alimenticias, porque son muy activos, pero sigilosos y aprenden a sorprender a sus presas, brincando
sobre ellas para devorarlas.
La especie habita en diversos territorios de América, pues
se encuentra en zonas desde el norte de México, hasta el norte de Argentina,
teniendo su mayor población en Brasil, en la selva del Amazonas. Se estima que en nuestro país se encuentran 4, 800
ejemplares, que habitan principalmente en la zona tropical del país, sin
embargo, se pueden encontrar desde Sonora hasta Yucatán. En EE.UU y El Salvador, se le considera extinto. El territorio del
Jaguar se ha reducido en un 40% y su población se ve fuertemente amenazada, lo que
contribuiría a declararlo en extinción en menos de 10 años.
Las características para poner a
una especie en peligro de extinción son, el número de ejemplares, su capacidad
de reproducción, la amenaza a su hábitat y los esfuerzos por preservarlos.
Actualmente el Jaguar, se encuentra muy
amenazado en nuestro país, toda vez que los esfuerzos por mantener su hábitat
no son suficientes, además que no se tiene la cultura necesaria para
respetarlos.
En 2008 se hicieron esfuerzos en México para preservar la especie,
por lo que se hizo un censo nacional para tener identificar a los diferentes
ejemplares y su territorio, con lo que se dieron los primeros pasos para
intentar restablecer su hábitat. El Jaguar es fundamental para mantener el
equilibrio en nuestro ecosistema, ya que se alimenta de los grandes herbívoros
y con esto se controla su población, lo que a su vez beneficia las selvas y a
los ríos.
El principal enemigo del Jaguar es el hombre, la caza furtiva y el tráfico
ilegal de especies, lo tiene gravemente amenazado. Por eso es muy importante
sumar esfuerzos, respetar su hábitat y conocer mejor sus características. Aprender
a cuidar el planeta, contaminar menos, tener un consumo responsable y apoyar a
las organizaciones que buscan preservar la especie. Pero sobre todo debemos respetar
y cuidar nuestras selvas y manglares, para
salvar una especie símbolo de nuestra cultura.
“Una montaña podía ser la palabra del dios, o un río o el imperio o la
configuración de los astros... Quizá en mi cara estuviera escrita la magia,
quizá yo mismo fuera el fin de mi busca. En ese afán estaba cuando recordé que
el jaguar era uno de los atributos
del dios.” Jorge Luis Borges.
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