domingo, 24 de mayo de 2020

EL JAGUAR.



El Jaguar es el felino más grande del continente americano. En nuestro país tiene una gran relevancia desde hace más de 500 años, desde las culturas prehispánicas, las cuales lo veneraban y respetaban. En las culturas Mayas, se le consideraba un símbolo de poder. Los Mexicas, tenían a los guerreros jaguares, que se consideraban guerreros experimentados, —la elite de los guerreros, pues para alcanzar ese rango, tenían que haber participado en por lo menos 3 campañas de guerra y apresado a 12 enemigos, en 2 campañas. Los guerreros jaguares eran feroces, combatían con gran valentía y velocidad. Es por eso que los guerreros aztecas, se vestían con una piel de jaguar y se pintaban como ellos, porque pensaban que con eso tomaban sus poderes y fuerza.

El Jaguar representaba la nobleza y la valentía. Se le veneraba como a un dios llamado Tezcatlipoca, (hermano de Quetzalcóatl), y era la deidad más temida por los antiguos, por ser un dios misterioso y de la oscuridad. Se le consideraba un dios invencible, una de las partes centrales de la cosmovisión de las culturas prehispánicas.

Destaca la visión que tenían en la antigüedad del poderoso felino, porque en las primeras décadas del nuevo mileno, el majestuoso Jaguar, se encuentra en peligro de extinción, debido a la invasión de su hábitat por el hombre. La deforestación de las selvas, las obras de infraestructura, la destrucción de los manglares, la actividad agrícola, la caza ilegal y la ignorancia, ponen en riesgo a este bello animal.

El Jaguar desciende del Tigre Dientes de Sable, por lo que tiene un tronco común con el León y el Tigre, y es considerado el tercer felino más grande del mundo. Su llamativa piel con un pelaje de color amarillo, con pequeñas manchas oscuras, fue objeto de la casa furtiva, por lo que su población disminuyó drásticamente en el siglo pasado.

Su nombre científico es Panthera onca, mide entre 1.5 a 2.4 metros y alcanza un peso de hasta 120 kg. Son muy fuertes y extremadamente ágiles, además su piel ayuda a camuflarse en el entorno. Son solitarios y de hábitos nocturnos. Su periodo de gestación es de 100 días y pueden tener de dos a cuatro crías, las cuales pasan con su madre hasta dos años en lo que alcanzan la madures sexual. Son animales que abarcan un amplio territorio, para saciar sus necesidades alimenticias, porque son muy activos, pero sigilosos y aprenden a sorprender a sus presas, brincando sobre ellas para devorarlas.

La especie habita en diversos territorios de América, pues se encuentra en zonas desde el norte de México, hasta el norte de Argentina, teniendo su mayor población en Brasil, en la selva del Amazonas. Se estima que en nuestro país se encuentran 4, 800 ejemplares, que habitan principalmente en la zona tropical del país, sin embargo, se pueden encontrar desde Sonora hasta Yucatán. En EE.UU y El Salvador, se le considera extinto. El territorio del Jaguar se ha reducido en un 40% y su población se ve fuertemente amenazada, lo que contribuiría a declararlo en extinción en menos de 10 años.

Las características para poner a una especie en peligro de extinción son, el número de ejemplares, su capacidad de reproducción, la amenaza a su hábitat y los esfuerzos por preservarlos. Actualmente el Jaguar, se encuentra muy amenazado en nuestro país, toda vez que los esfuerzos por mantener su hábitat no son suficientes, además que no se tiene la cultura necesaria para respetarlos.

En 2008 se hicieron esfuerzos en México para preservar la especie, por lo que se hizo un censo nacional para tener identificar a los diferentes ejemplares y su territorio, con lo que se dieron los primeros pasos para intentar restablecer su hábitat. El Jaguar es fundamental para mantener el equilibrio en nuestro ecosistema, ya que se alimenta de los grandes herbívoros y con esto se controla su población, lo que a su vez beneficia las selvas y a los ríos.   

El principal enemigo del Jaguar es el hombre, la caza furtiva y el tráfico ilegal de especies, lo tiene gravemente amenazado. Por eso es muy importante sumar esfuerzos, respetar su hábitat y conocer mejor sus características. Aprender a cuidar el planeta, contaminar menos, tener un consumo responsable y apoyar a las organizaciones que buscan preservar la especie. Pero sobre todo debemos respetar y cuidar nuestras selvas y manglares, para salvar una especie símbolo de nuestra cultura.

“Una montaña podía ser la palabra del dios, o un río o el imperio o la configuración de los astros... Quizá en mi cara estuviera escrita la magia, quizá yo mismo fuera el fin de mi busca. En ese afán estaba cuando recordé que el jaguar era uno de los atributos del dios.” Jorge Luis Borges.



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