En México todavía no se toma conciencia de la importancia
de proteger la fauna salvaje, en otros países la legislación regula, protege y
prohíbe la caza indiscriminada así como el daño al ecosistema, imponiendo
multas considerables. No es difícil darse cuenta de la grave situación en la
que se encuentran las especies endémicas de nuestro país, ya que tenemos un
gran número de ellas en grave peligro de extinción. La pérdida de hábitat, la
actividad ganadera, la deforestación, la inconsciencia humana están acabando
con nuestra diversidad animal, como es el caso del Lobo Mexicano.
El lobo mexicano, es la especie más pequeña de
lobo gris, su hábitat natural fueron los bosques de coníferas, pastizales, pero
también se adaptaba a climas semidesérticos, su territorio comprendía el norte
de México, el sur de Nuevo México, el sureste de Arizona y el oeste de Texas,
sin embargo, actualmente se considera extinto en estado silvestre en territorio
nacional como se señala en la Lista Roja de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza. Se estima que existen 300 ejemplares de esta
especie en cautiverio entre diversas instituciones de rescate.
Esta subespecie del lobo gris fue objeto de la
caza indiscriminada durante décadas, además que las presas de las que se
alimentaba también disminuyeron significativamente. Su hábitat fue abrumado por
la actividad humana, que lo consideraba como una presencia indeseable por
atacar a sus animales de granja y ganado, lo que motivo la caza y
envenenamiento de un gran número de ejemplares.
Actualmente, el lobo mexicano se enfrenta a un
gran reto, algunos ejemplares nacidos en cautiverio han sido reinsertados en
zonas protegidas, intentando preservar la especie, pero su ciclo reproductivo
es muy especializado, teniendo posibilidad de aparearse únicamente una vez por
año, produciendo entre 7 a 9 cachorros por camada. Así mismo su sistema social
es complejo, las manadas se componen de varios elementos liderados por un macho
alfa y una hembra alfa, que son los únicos que tienen derecho a reproducirse de
por vida, lo que limita la reproducción masiva. Por lo que los esfuerzos de las
instituciones que los protegen son notables, obteniendo cada vez mejores
resultados para lograr la reproducción y conservación de la especie.
En la Ciudad de México en el zoológico “Los
Coyotes”, en abril de 2017, se registró el nacimiento en cautiverio de siete
crías, considerándose una de las camadas más grandes logradas en los zoológicos
del país. La hembra se refugió desde una semana antes de dar a luz, el macho se
encargó de protegerlos, después de casi un mes se dejaron ver los cachorros que
salieron a explorar su ambiente.
Es importante señalar, que el lobo mexicano se salvó
de la total extinción gracias a la iniciativa de un programa propuesto por
Estados Unidos de América colaborando con México, con el objetivo de
restablecer las poblaciones silvestres. Roy McBride se encargó de capturar
cinco lobos silvestres en territorio mexicano, en los estados de Durango y
Chihuahua, ya que en Estados Unidos se consideraba extinto, por lo que dichos
ejemplares fueron enviados a Arizona, dando inicio al Programa Binacional de la
Conservación del Lobo Mexicano, que logró que en Estados Unidos se hayan
introducido 50 lobos a la vida silvestre.
La lucha por conservar al lobo mexicano es
continua, los esfuerzos están dando frutos, pero todavía no se puede considerar
restablecida la especie, en tanto no se logre una población salvaje estable en
el territorio nacional, hasta entonces el lobo necesita de toda la ayuda que el
humano le pueda brindar, tomando conciencia de la importancia de una especie en
el desarrollo del ecosistema y la biodiversidad y aprendiendo de la misma. El
impacto ambiental por la extinción es considerable, por lo que es necesario
mantener los ecosistemas sanos. Con la colaboración de todos, seguramente en el
futuro podremos ver al lobo en estado salvaje, sin la intervención del ser
humano y escuchar una vez más por las noches su característico aullido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario