Las detonaciones de las Bombas Atómicas arrojadas
en 1945 en Japón, son acontecimientos históricos que sin duda no debieran
volver a repetirse. Han pasado 71 años desde esos acontecimientos, pero las
cicatrices que dejaron en la historia de la humanidad aún están abiertas, se
trata de un capítulo oscuro que ocasionó destrucción sin precedentes, mostrando
la cara más terrible del hombre.
En Agosto de 1945, se arrojaron dos bombas
nucleares sobre ciudades de Japón, la primera sobre Hiroshima y la segunda
sobre Nagasaki el 6 y 9 de agosto respectivamente. Ataques nucleares ordenados
por Harry S. Truman presidente de los Estados Unidos de América, con la
finalidad de terminar de una vez por todas con la Segunda Guerra Mundial que se
había prolongado muchos años y había generado innumerables muertes, por lo que se
hacía necesaria una rendición del Imperio Japonés en todos los términos
contenidos en la “Declaración de Postdam”, mismo que había mencionado con
anterioridad que no estaba dispuesto a la capitulación.
Después de estos ataques y de observar los
efectos devastadores que generaron las bombas atómicas, no se han vuelto a
realizar ataques con armas nucleares, la bomba “Little Boy” arrojada sobre
Hiroshima produjo un estimado de 166,000 decesos, algunos no fueron ocasionados
por la explosión, sino por la exposición a la radiación nuclear. En lo
referente a Nagasaki, la bomba que se arrojó se llamaba “Fat Man”, la cual ocasionó
un estimado de 80,000 decesos, cabe señalar que los efectos no eran
controlados, por lo que la mayoría de personas que perdieron la vida eran
civiles.
Posterior a la rendición de Alemania en la
Segunda Guerra Mundial el 8 de mayo de 1945, la guerra se sostuvo entre Japón
contra Estados Unidos y los países aliados, el Imperio Japonés entro a la
guerra después de los bombardeos contra Estados Unidos en Pearl Harbor. Los
países aliados no tenían intención de continuar con el enfrentamiento bélico
por más tiempo, por lo que se efectuaron contantes bombardeos en diversas
ciudades del territorio japonés, sin embargo los japonés no habían mostrado intención
de rendirse, gozaban de un gran valor, probado en reiteradas ocasiones y
sus ideas de morir por honor antes de ser rendidos estaban sumamente
arraigadas, lo anterior se comprueba en el caso de los pilotos “Kamikaze” que
preferían chocar su aeronave en contra de objetivos bélicos antes de ser
capturados.
Por lo anterior, se tenían que tomar decisiones
determinantes, por lo que después del trabajo y desarrollo en el proyecto
Manhattan de las bombas nucleares, se tomó la decisión de arrojar los primeros
prototipos. “Little Boy” fue una bomba nuclear en base a la reacción del
Uranio, que crea una fisión nuclear al chocar dos piezas de Uranio-235
generando una explosión violenta. “Fat Man” fue una bomba que generaba una
explosión nuclear en base al Plutonio-239 fisionable, que es rodeado por
explosivos diseñados para comprimirlo lo que aumenta su densidad y
posteriormente provocar la fisión nuclear descontrolada, lo que libera grandes cantidades
de energía.
La bomba arrojada sobre Hiroshima fue
transportada en el bombardero B-29 “Enola Gay”, pilotado y comandado por el
coronel Paul Tibbets, durante un vuelo de seis horas. Los efectos que
produciría no estaban estimados, pues la bomba no fue probada con anterioridad,
como si lo fue la que se arrojó sobre Nagasaki. Se estima que la temperatura se
elevó a más de un millón de grados centígrados tras su detonación, la cual se
produjo a 580 metros de altura sobre la ciudad, generando un hongo de fuego de
256 metros de diámetro, lo que ocasionó la muerte de 60 a 80 mil personas
instantáneamente. Los tripulantes de la aeronave se sorprendieron al ver la
potencia de la bomba, la cual generó incendios por toda la ciudad, fue una
detonación sumamente potente, una luz cegadora cubrió el cielo, se trató de un
destello terrible que había destruido a la ciudad de Hiroshima.
El imperio Japonés no realizó ningún comunicado
oficial posterior al bombardeo en Hiroshima, se piensa que estaban buscando
renegociar los términos de la rendición con la finalidad de que se respetara al
emperador, sin embargo el gobierno de los Estados Unidos determinó que no había
tiempo que esperar, y a pesar de que la siguiente bomba estaba programada para
el 11 de agosto de 1945, se reprogramó el objetivo y la fecha, por lo que el 9
de agosto se lanza “Fat Man” desde el bombardero B-29 “Bockscar”, detonando a
500 metros de altura sobre la superficie de Nagasaki, se dice que el poder de
destrucción es lo doble que “Little Boy”, sin embargo la segunda bomba siempre
ha estado a la sombra de la primera, sus efectos a pesar de ser sumamente
destructivos no se comparan con los ocasionados por la explosión en Hiroshima,
debido a que la superficie de Nagasaki está rodeada de montañas que atenuaron
los efectos de la detonación. Con un poder estimado de 22 kilotones de TNT, la
Bomba Atómica de Plutonio arranco la vida a 75,000 personas aproximadamente, destruyendo por completo la
ciudad, además de ocasionar heridas no visibles en la historia de la humanidad.
Actualmente
se están haciendo esfuerzos para evitar el uso de armas nucleares, que sin duda
poseen un poder de destrucción incalculable, hoy en día podríamos pensar que no
hay motivo alguno para detonar otra bomba de estas características, ya que como
señalan los estudios posteriores algunas personas fueron totalmente calcinadas,
otras se fundieron la piel con la ropa que llevaban puesta, las quemaduras
expuestas eran en todo el cuerpo y las ciudades quedaron irreconocibles.
Se
deben redoblar esfuerzos para buscar la paz, no hay lugar para los discursos de
odio, las amenazas de guerra, la segregación y la superioridad de las naciones,
hoy en día se debe trabajar por alcanzar un bien común, habitar la tierra en
armonía y buscar el bienestar de todos los habitantes. No debe abrirse la
puerta para que se dé la posibilidad de utilizar armas nucleares, por lo que
debemos rechazar la violencia, la guerra o conflictos absurdos. Se considera
que en la actualidad existen bombas nucleares de 600 a 3,000 veces más potentes
que la lanzada sobre Hiroshima, por lo que un enfrentamiento bélico con este
material destructivo podría significar el fin de la humanidad. Estados Unidos,
Rusia y otras potencias nucleares, tienen un fuerte compromiso para promover la
no utilización de armas nucleares, sin embargo aún hay países que siguen
desarrollando estas peligrosas armas.
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