lunes, 7 de agosto de 2017

LOBO MEXICANO. (Canis lupus baileyi)



En México todavía no se toma conciencia de la importancia de proteger la fauna salvaje, en otros países la legislación regula, protege y prohíbe la caza indiscriminada así como el daño al ecosistema, imponiendo multas considerables. No es difícil darse cuenta de la grave situación en la que se encuentran las especies endémicas de nuestro país, ya que tenemos un gran número de ellas en grave peligro de extinción. La pérdida de hábitat, la actividad ganadera, la deforestación, la inconsciencia humana están acabando con nuestra diversidad animal, como es el caso del Lobo Mexicano.


El lobo mexicano, es la especie más pequeña de lobo gris, su hábitat natural fueron los bosques de coníferas, pastizales, pero también se adaptaba a climas semidesérticos, su territorio comprendía el norte de México, el sur de Nuevo México, el sureste de Arizona y el oeste de Texas, sin embargo, actualmente se considera extinto en estado silvestre en territorio nacional como se señala en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Se estima que existen 300 ejemplares de esta especie en cautiverio entre diversas instituciones de rescate.

Esta subespecie del lobo gris fue objeto de la caza indiscriminada durante décadas, además que las presas de las que se alimentaba también disminuyeron significativamente. Su hábitat fue abrumado por la actividad humana, que lo consideraba como una presencia indeseable por atacar a sus animales de granja y ganado, lo que motivo la caza y envenenamiento de un gran número de ejemplares.

Actualmente, el lobo mexicano se enfrenta a un gran reto, algunos ejemplares nacidos en cautiverio han sido reinsertados en zonas protegidas, intentando preservar la especie, pero su ciclo reproductivo es muy especializado, teniendo posibilidad de aparearse únicamente una vez por año, produciendo entre 7 a 9 cachorros por camada. Así mismo su sistema social es complejo, las manadas se componen de varios elementos liderados por un macho alfa y una hembra alfa, que son los únicos que tienen derecho a reproducirse de por vida, lo que limita la reproducción masiva. Por lo que los esfuerzos de las instituciones que los protegen son notables, obteniendo cada vez mejores resultados para lograr la reproducción y conservación de la especie.

En la Ciudad de México en el zoológico “Los Coyotes”, en abril de 2017, se registró el nacimiento en cautiverio de siete crías, considerándose una de las camadas más grandes logradas en los zoológicos del país. La hembra se refugió desde una semana antes de dar a luz, el macho se encargó de protegerlos, después de casi un mes se dejaron ver los cachorros que salieron a explorar su ambiente.   
Es importante señalar, que el lobo mexicano se salvó de la total extinción gracias a la iniciativa de un programa propuesto por Estados Unidos de América colaborando con México, con el objetivo de restablecer las poblaciones silvestres. Roy McBride se encargó de capturar cinco lobos silvestres en territorio mexicano, en los estados de Durango y Chihuahua, ya que en Estados Unidos se consideraba extinto, por lo que dichos ejemplares fueron enviados a Arizona, dando inicio al Programa Binacional de la Conservación del Lobo Mexicano, que logró que en Estados Unidos se hayan introducido 50 lobos a la vida silvestre.

La lucha por conservar al lobo mexicano es continua, los esfuerzos están dando frutos, pero todavía no se puede considerar restablecida la especie, en tanto no se logre una población salvaje estable en el territorio nacional, hasta entonces el lobo necesita de toda la ayuda que el humano le pueda brindar, tomando conciencia de la importancia de una especie en el desarrollo del ecosistema y la biodiversidad y aprendiendo de la misma. El impacto ambiental por la extinción es considerable, por lo que es necesario mantener los ecosistemas sanos. Con la colaboración de todos, seguramente en el futuro podremos ver al lobo en estado salvaje, sin la intervención del ser humano y escuchar una vez más por las noches su característico aullido.