Podría decir que siempre estoy al pendiente de las fechas en las que Pablo Milanés visitara México, pero les estaría mintiendo, a pesar de que me gustan mucho las canciones de este cantautor, no lo sigo fervientemente, lo inesperado sucedió el sábado 18 de diciembre de 2010, el plan era sencillo acudiría a la segunda posada de estas fechas a casa de una buena amiga, sin embargo otro amigo me informa esa misma mañana que Pablito se presenta en la explanada de la Delegación Iztapalapa, al otro lado de la ciudad, y totalmente opuesto al lugar de donde seria la fiesta en Ceylan, no obstante como siempre he pensado las oportunidades hay que aprovecharlas, después de todo era entrada libre y seguro estaba que no se repetiría un concierto como ese en mucho tiempo.
Pues me dirigí tranquilamente al evento fuego nuevo, en el que me encontré con un espectáculo que pretendía acercar a la gente a la cultura, muy tranquilo, creo que es conveniente hacer estos eventos al aire libre, que nos permita sentir el aire, mirar el cielo, escuchar la esencia de la música, en fin exteriorizar nuestros sentidos, además es de especial mención que había puestos de antojitos que estaban rebosantes, y todos esperábamos ansiosos al intérprete del “Breve Espacio”.
Por suerte, estuve a lado de un frondoso árbol que entre sus hojas me permitía ver el azulado cielo, que mas tarde dibujo tonalidades naranjas, algo especial, el ambiente se empezó a inundar con el sentimiento que Pablo Milanés desborda de su persona, su voz parecía tocar los corazones de los que le escuchábamos sonrientes, en algunas canciones me gustaba inclinar la cabeza hacia atrás viendo el cielo, aun claro, pero que ya se extinguía, oyendo esa música y ese sentimiento que sinceramente estremecía la piel, una a una de sus canciones generaba exaltación en las personas, cada uno tenia su favorita, simplemente cerré los ojos cuando entonaba “Yolanda”, un concierto inolvidable, creo que son pocos los artistas que logran transmitir tanto, que se entregan a su público de esta manera, y que dejan la imagen de ese instante grabado en la memoria.
Milanés es de nacionalidad cubana, en la que estudio música en el conservatorio de la Habana, se vio influenciado por la corriente musical denominada feeling, en la que la interpretación es totalmente expresada por el sentimiento, en cada letra expresada por el autor se ve plasmada su gran sensibilidad, desde muy joven destaco en la articulación de ideas, sus canciones contienen no solo la expresión de un hombre, sino la manifestación de la expresión de la humanidad, fiel exponente de la canción de protesta, la cual lo proyecto a la fama, siempre ha sido un impulsor de la cultura, tanto en su natal cuba como en el mundo, apoyando a las futuras generaciones que gustan de acercarse a las artes, se le considera pilar indiscutible de la Nueva Trova junto con el gran Silvio Rodríguez, además de un excelente orquestador por la riqueza de sus melodías, en las que se incluyen todos los sonidos posibles, conjuntados con maestría, de ahí que tenga mas de treinta discos en el mercado, sus canciones son bien conocidas y seguro las hemos escuchado, a veces no con la atención que se merecen, pero se que nos han tocado el alma.
Ha recibido reconocimientos en todo el mundo, y la crítica le ha sido favorable por la sencillez con la que transmite sentimientos, una voz que representa a nuestra Latinoamérica y expone la grandeza de nuestra cultura.
De esto tome lo mejor, un concierto que no esperaba disfrutar tanto, la vida es así, te muestra su mejor cara súbitamente, el fondo del escenario pintado de azul y naranja le daba un toque me misticismo, la voz que se escuchaba era fuerte y sutil, se sentía como una caricia que calmaba al corazón, la gente en coro con una sola canción, mientras Pablo decía “todavía quedan restos de humedad”, al final del concierto todos estábamos emocionados, pedíamos a gritos otra.
Se le galardono como visitante distinguido de la Delegación Iztapalapa, pero a un artista como este le quedamos debiendo, sus ideas plasmadas en canciones han hecho un eco fuerte, narrando las historias de nuestros tiempos, con ellas ha logrado despertar el sentimiento en el mundo, dejando marcada la importancia de reflexionar respecto a nuestro entorno, por cierto regresa a nuestro país en Marzo, ya lo espero.
Pues me dirigí tranquilamente al evento fuego nuevo, en el que me encontré con un espectáculo que pretendía acercar a la gente a la cultura, muy tranquilo, creo que es conveniente hacer estos eventos al aire libre, que nos permita sentir el aire, mirar el cielo, escuchar la esencia de la música, en fin exteriorizar nuestros sentidos, además es de especial mención que había puestos de antojitos que estaban rebosantes, y todos esperábamos ansiosos al intérprete del “Breve Espacio”.
Por suerte, estuve a lado de un frondoso árbol que entre sus hojas me permitía ver el azulado cielo, que mas tarde dibujo tonalidades naranjas, algo especial, el ambiente se empezó a inundar con el sentimiento que Pablo Milanés desborda de su persona, su voz parecía tocar los corazones de los que le escuchábamos sonrientes, en algunas canciones me gustaba inclinar la cabeza hacia atrás viendo el cielo, aun claro, pero que ya se extinguía, oyendo esa música y ese sentimiento que sinceramente estremecía la piel, una a una de sus canciones generaba exaltación en las personas, cada uno tenia su favorita, simplemente cerré los ojos cuando entonaba “Yolanda”, un concierto inolvidable, creo que son pocos los artistas que logran transmitir tanto, que se entregan a su público de esta manera, y que dejan la imagen de ese instante grabado en la memoria.
Milanés es de nacionalidad cubana, en la que estudio música en el conservatorio de la Habana, se vio influenciado por la corriente musical denominada feeling, en la que la interpretación es totalmente expresada por el sentimiento, en cada letra expresada por el autor se ve plasmada su gran sensibilidad, desde muy joven destaco en la articulación de ideas, sus canciones contienen no solo la expresión de un hombre, sino la manifestación de la expresión de la humanidad, fiel exponente de la canción de protesta, la cual lo proyecto a la fama, siempre ha sido un impulsor de la cultura, tanto en su natal cuba como en el mundo, apoyando a las futuras generaciones que gustan de acercarse a las artes, se le considera pilar indiscutible de la Nueva Trova junto con el gran Silvio Rodríguez, además de un excelente orquestador por la riqueza de sus melodías, en las que se incluyen todos los sonidos posibles, conjuntados con maestría, de ahí que tenga mas de treinta discos en el mercado, sus canciones son bien conocidas y seguro las hemos escuchado, a veces no con la atención que se merecen, pero se que nos han tocado el alma.
Ha recibido reconocimientos en todo el mundo, y la crítica le ha sido favorable por la sencillez con la que transmite sentimientos, una voz que representa a nuestra Latinoamérica y expone la grandeza de nuestra cultura.
De esto tome lo mejor, un concierto que no esperaba disfrutar tanto, la vida es así, te muestra su mejor cara súbitamente, el fondo del escenario pintado de azul y naranja le daba un toque me misticismo, la voz que se escuchaba era fuerte y sutil, se sentía como una caricia que calmaba al corazón, la gente en coro con una sola canción, mientras Pablo decía “todavía quedan restos de humedad”, al final del concierto todos estábamos emocionados, pedíamos a gritos otra.
Se le galardono como visitante distinguido de la Delegación Iztapalapa, pero a un artista como este le quedamos debiendo, sus ideas plasmadas en canciones han hecho un eco fuerte, narrando las historias de nuestros tiempos, con ellas ha logrado despertar el sentimiento en el mundo, dejando marcada la importancia de reflexionar respecto a nuestro entorno, por cierto regresa a nuestro país en Marzo, ya lo espero.
Claro maestro, gratinado todo toma mejor sabor jajajajaja
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